Hasta a Shakespeare le pasaba
Una de las dificultades más grandes que he enfrentado en mi corta vida como escritora, es la de encontrar inspiración. Es desalentador escuchar la historia de personas como Rimbaud, que a los 19 ya se encontraba publicando libros de poesía extraordinarios. Desalentador porque yo a los 18 estuve a punto de ofrecer mi alma al diablo con tal de tener bien un mísero romance. Pero bueno, luego recuerdo que la gente como él vivía vidas de lo más dramáticas y me siento un poco mejor conmigo misma (un poco, dije).
Tan solo leer su biografía en Wikipedia (se las dejo aquí, para que no se queden con las dudas) te da a entender de donde sacaba tanta inspiración. Digo, si yo me hubiera escapado de mi casa en tiempos de guerra para ir a París con 15 años, otra historia sería.
No digo que mi vida sea aburrida ni nada parecido, pero sé que aún me falta mucho por vivir. Así que intento sacar lo máximo, a nivel literario, de las pocas experiencias que tengo. Y eso puede llegar a ser muy difícil, más con todo lo que tuve que escribir este mes. Que lo haya logrado se sintió como un milagro digno de un episodio de La Rosa de Guadalupe.
No me hubiese sorprendido encontrar una rosa blanca en mi cuarto el sábado, cuando acabé de editar justo a unos pocos minutos de la hora límite. |
Sea como sea, al final sí se pudo y me seguiré sintiendo como todo una ganadora hasta que llegue la entrega de calificaciones. La verdad siempre le he tenido cierto miedo a compartir mis poemas, porque como dije en El último poema terrible , todos lo que había escrito anterior a este semestre era un asco. No exagero. Es por eso que me alegra mucho haber terminado con un par de versos de los que sí estoy orgullosa.
Pero más allá de mis reflexiones quiero compartirles una canción que me ayudo a sobrevivir a los ejercicios poéticos. Es de un musical llamado Something Rotten, que habla, entre muchas otras cosas, de que Shakespeare no era tan perfecto y cool como creemos (es algo así como una parodia). Aquí Shakespeare se queja de lo cansado que es sentarse a escribir, sobre todo para él, que tiene una reputación que mantener.
Me ayudó porque no saben cómo me identifiqué con el siguiente fragmento:
Pero más allá de mis reflexiones quiero compartirles una canción que me ayudo a sobrevivir a los ejercicios poéticos. Es de un musical llamado Something Rotten, que habla, entre muchas otras cosas, de que Shakespeare no era tan perfecto y cool como creemos (es algo así como una parodia). Aquí Shakespeare se queja de lo cansado que es sentarse a escribir, sobre todo para él, que tiene una reputación que mantener.
La canción empieza en el minuto 0:42
Me ayudó porque no saben cómo me identifiqué con el siguiente fragmento:
You see... What people just don't understand
Is that writing's demanding
It's mentally challenging and it's a bore
It's such a chore
To sit in a room by yourself
Oh my god, I just hate it!
And you're trying to find
An opening line or a brilliant idea
And you're pacing the floor
And hoping for just a bit of divine intervention
That one little nugget that one little spark
Then Eureka! You find it you're ready to start
So now you can write, right? Wrong!
You're not even close, you remember that damn it,
Your play's gotta be in iambic pentameter!
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